Algunas de las especies más hermosas y pacíficas que vemos en los mares de nuestro planeta son las tortugas marinas. Estas silenciosas vigilantes de las cosas forman parde de un equilibrio que por milenios ha mantenido la flora y la fauna marinas.
Estas bellas especies tienen muy diferentes atributos entre sí. Algunas pueden llegar a pesar 900 kilos, mientras otras sólo 100. Pueden nadar de 27 a 35 kilómetros. A pesar de tener pulmones muy parecidos a los nuestros, pueden alcanzar la envidiable resistencia bajo el agua de 10 minutos.
Imagínense lo que un buzo como yo quisiera hacer si pudiera aguantar 10 completitos minutos bajo el agua.
Algunas especies de tortugas marinas están en un grave peligro de extinción. ¿Cuáles especies? No las listaré, en lugar de eso me referiré a un claro grupo: las más cercanas a los humanos.
Este tipo de cosas ya no nos extraña ¿Cierto? Y aunque acá en Chile no somos muy proclives a comprar cosas "hechas de tortuga", aún hay algo por hacer.
Las tortugas comen medusas (en algunas partes las llaman "aguas vivas") ...y en los últimos años/décadas encontramos bajo el agua algunas cosas que se asemejan a una medusa, rota o entera, pero medusa al fin y al cabo.
Cientos de tortugas mueren cada año por ingerir bolsas plásticas u otros elementos de este material. Al hacer autopsias, se encuentra que su tubo digestivo está mayoritariamente obstruido por plásticos, y en los casos en que la obstrucción no es completa, se evidencia que la tortuga ha pasado semanas con bolsas en su interior y el alimento real que "logra pasar" por algún espacio del tubo digestivo no ser suficientemente absorbido por su organismo.
Es una muerte lenta. Desde que se come una bolsa, una tortuga puede vivir de 3 a 5 semanas.
En las frías aguas chilenas sería raro ver una tortuga, no obstante todos sabemos que las corrientes marinas de nuestra larga costa van de sur a norte. Y, créanme, se sorprenderían si les dijeran dónde han encontrado basura chilena.
Si alguien llega a leer este blog, yo no me esperaría que fuera el perfil de persona que bota papeles al suelo o al mar. Pero aún así asumamos protagonismo y responsabilidad:
Está en nuestras manos decir: "Oye, recoge esa bolsa, por favor", "allá hay un basurero", "dámela, yo la boto".
No le pidamos peras al olmo. No esperemos que los "animalitos humanos" recapaciten de la noche a la mañana y adquieran conciencia de su entorno. Actuemos nosotros.
...Con granos de arena se forma un desierto completo.
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