miércoles, 13 de julio de 2011

Aquellas canciones antiguas

Abría los ojos temprano en la mañana casi siempre con alguna memorable canción de fondo. Recuerdo que muchos días era la misma canción: Don Diablo. Esto porque mi mamá al levantarse ponía su cassette de Miguel Bosé desde el principio, y yo despertaba como en la tercera canción. Me vestía y desayunaba con el resto de las canciones y luego... a pasarlo bien al jardín infantil.

Digamos que esto ocurría entre 1980 y 1983. Bueno, no sólo escuché música en las mañanas, lo busquemos o no, la música nos acompaña la mayor parte del tiempo.

A veces pasaba por la cocina y escuchaba algunos de esos grandes clásicos que ahora con mucha risa me ayudan a entender el concepto de "música de la radio de la cocina".

Hay dos cosas que me encantan de esos grandes cantantes de los 70 y 80: su magnífica calidad vocal y esa manera tan bella de decir las cosas usando metáforas.



"Con mirarnos todo lo dijimos, y a la noche se le fue la mano". <Derroche> de Julio Iglesias. Este tipo era un galanazo por completo. Engreído y mujeriego como él solo, pero indudablemente un maestro en el arte de conquistar a una mujer.
Sus clásicas canciones en primera persona narrando una conquista, un sufrimiento de amor, una noche de pasión... Jovencito, si quieres conquistar a una mujer, primero escucha las experiencias de Julio Iglesias.



"Mi candor, mi poca edad te hacían emocionar y nos sentíamos volar. Y cuando el sol se cambió de lugar, sentí tu frialdad". <Es mi vida> del maestrísimo Salvatore Adamo. Este es uno de mis favoritos y con justa razón. Miren por favor qué manera de decir "envejecí"! Eso no se me ocurre ni en cien años. Le dices metáforas así a una mujer y la vuelves loca! Se enamora, se mata por tí, le llega a dar parkinson. Estas son cosas de nivel avanzado. No cualquier hombre tiene el entrenamiento para eso.


"No vendrá, él la espera en sus nubes al sol. En ese mundo que ayer tan sólo fueron dos, en ese mundo que triunfó el amor. Y los muchachos del barrio le llamaban loca".  <Le llamaban loca> inconfundiblemente del grupo Mocedades. ¡Qué conjunto de voces éste! Y esas letras que narran historias que para un niño son como un cuento. ¿Recuerdan la letra de <El vendedor>? Era súper linda esa canción. Un mercader que vendía alegría y emociones, que nunca se rendía a pesar de las adversidades.



"Al partir un beso y una flor, un "te quiero", una caricia y un adiós, es ligero equipaje para tan largo viaje, las penas pesan en el corazón" <Un beso y una flor> y ¿Ya recuerdan de quién es? por supuesto que lo recuerdan. Nino Bravo. Esta canción es casi un himno. Fíjense cuántas cosas está diciendo tan solo en dos líneas. Insisto: estos dinosaurios son peso pesado.






"Viejo mi querido viejo. Ahora ya camina lerdo, como perdonando el viento. Yo soy tu sangre mi viejo, soy tu silencio y tu tiempo". <Mi querido viejo>. Esta canción de Piero hace llorar a mucha gente. Qué manera de transmitir los sentimientos por su anciano padre! "como perdonando el viento"... pero qué cosa más linda. Y te imaginas un viejito medio encorvado, silencioso, con los ojos medio cerrados, cansado, lleno de sabiduría e historias.


"Yo te amo con la fuerza de los mares, yo te amo con el ímpetu del viento". <Como yo te amo>. El que no conoce esta canción que se pegue un tiro en la cabeza ahora mismo. Este hombre tiene un vozarrón de los dioses. Es el amo del pentagrama y la llave de sol. Raphael de España con sus canciones tan magníficas como pegajosas e inolvidables. ..."Impetu" ¿Quién diablos usa esa palabra ahora?!! ¿Quién sabe realmente lo que significa?!! El otro día en la oficina alguien me preguntó qué significa "iracundo"! No puedo creerlo! ¿Hacia dónde vamos en esta sociedad? Cervantes se retuerce en su tumba! Por favor, Dios mío, tápale los ojos y los oídos al Profesor Cervantes para que no sufra con este idioma castellano que hablamos en Chile.
Ver a Raphael en vivo debe ser un verdadero espectáculo. La crítica en la prensa describe una entrega completa a su público. Vive, canta y muere por y para su público.


Las cantamos de memoria ¿No? Y nuestros padres y tíos se sorprenden al ver que no sólo conocemos las canciones de "su" época, sino que además nos gustan.

"Palabra de honor, paloma perdida", una más actual, pero igual de los 80.  "Aquella noche yo fui el cazador, y el amor, el palomar", yo escuchaba esta canción cuando chico y me imaginaba como el galán máximo de una fiesta, más conquistador que Pedro de Valdivia. "Qué profunda emoción recordar el ayer". "Sombra lunar que me hiela la piel al pasar, que se enreda en mis dedos, me abraza en su brisa, me llena de miedo", mi sueño era que me la dedicaran, pero ya pasó la vieja (para mí). "Digan lo que digan", y basta con esas 4 palabras para recordar. "Confieso que a veces soy cuerdo y a veces loco, y amo así la vida y tomo de todo un poco. Me gustan las mujeres, me gusta el vino, y si tengo que olvidarlas, bebo y olvido", por favor! qué explícito! Cara dura. Quién como él.


Así tantas más...
¿Cuánto tiempo estaríamos recordando canciones y conversando de ellas?



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martes, 12 de julio de 2011

Recordando la Universidad

Sales feliz del colegio o de la universidad y quieres volver cuanto antes a saludar a todas esas caras conocidas que dejaste atrás. Ves sonrisas, muestras cuánto has crecido, preguntas cómo van las cosas...

Un mes después de salir. Luego 6 meses... Y así se dilatan las visitas hasta que pasados dos años ya no vas. A todos nos pasa. No es malo, no es bueno, sólo es.

Cuando me dijeron que necesitábamos contratar a alguien para mi área, sin pensarlo dos veces me decidí a buscar Ingenieros Comerciales de mi universidad. No por favoritismo, ni porque sí. La explicación es obvia: sé lo que ellos saben. Claro, salí de la misma escuela. Conozco el rigor de ese lugar, y no creo que la malla haya cambiado significativamente en estos ...¿10, 11 años?

En efecto, no había cambiado tanto. Me encantó conversar con estos jóvenes acerca de los edificios nuevos que hicieron atrás, de los profes emblemáticos de la facultad, de los ramos peludos y hasta del teorema de la vaca. También disfruté viéndolos soñar con su futuro, igual que mis compañeros y yo cuando recién salimos.


Recordé un invierno en que los de la facultad de Arquitectura y Urbanismo, que estaban en paro/toma, trataron de tomarse mi facultad. Eran como 200 estudiantes con un olor a copete increíble. Como imaginarán, los de la Facultad de Economía y Negocios no piensan en tomas, ni protestas. No es que no nos interese mejorar la calidad de la educación, pero sabemos que hay otros medios para conseguir lo mismo. No íbamos a permitir que gente de afuera nos dejara sin clases por un mes, sin embargo las 4 de la tarde que dábamos pocos alumnos... y finalmente nos encontrábamos 20 tipos armados sólo con nuestros paraguas como centinelas en la entrada principal del edificio mientras los presidentes de los respectivos centros de alumnos conversaban.

Asados en el Parque Intercriminal, Noches Árabes, la Fiesta del Hombligo, profes mar$%&, profes geniales, compañeros raros, compañeras más tímidas que el dedo meñique.

Me dio gusto ver a estos nuevos egresados y recordar mis sueños y metas. Me di cuenta de que he alcanzado varios de los objetivos de mediano y largo plazo que me propuse en ese entonces, que casi había olvidado.

Y viéndolos a ellos pensé también "¿Estoy viejo?" Ja ja ja ja ja. La verdad es que no me interesa la respuesta. Ya me conocen. Pero no deja de interesarme "el hecho de haberme hecho la pregunta". Eso me entretiene.

 Veremos cómo son las cosas en 10 años más...


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viernes, 8 de julio de 2011

Ser Patriota y El Fútbol


Comienzo este posteo contándoles que es bien sabido por quienes me conocen que no soy fanático ni seguidor del fútbol. Y he aquí mi problema: formo parte de una minoría bastante pequeña, justo en un tema que apasiona a mucha gente incluso al punto de la irracionalidad.

Hablamos de un tema que mueve masas, masas realmente enormes. Un tema que absorbe un porcentaje no menor del tiempo y espacio contratados para publicidad en épocas de campeonatos.

¿Es entonces posible pedirle a esa mayoría que "entienda y acepte" la postura de la minoría?
Por supuesto que sí. La mayoría de la mayoría es un grupo que piensa, tipos que salen de sus oficinas, llegan a la casa, se ponen la camiseta y ven el partido con sus amigos gritando en el living mientras se toman una cerveza.


Sin embargo, existe una cierta minoría que... (aquí es donde me brota lo nazi) definitivamente no pertenece al conjunto de los Entes Pensantes de nuestra sociedad. Una minoría, dentro de esa mayoría fanática, que cuando se entera de que no me interesa que gane la selección chilena me mira con cara de espanto y dice "¿Pero cómo?!! ¿Que usted no es patriota?!!".

¡Uuuuuy! Y me hierve la sangre.

< ABRO PARÉNTESIS >

Para todos ustedes, en directo desde el diccionario de la Real Academia Española:

patriota.

(Del gr. πατριώτης, compatriota).


1. com. Persona que tiene amor a su patria y procura todo su bien.


www.rae.es
< CIERRO PARÉNTESIS >

A ver, a ver... ¿¡Qué diablos se le puede responder a un ser que te pregunta algo así!?

Y les voy a ser sincero: prefiero lejos que la selección chilena pierda los partidos. Obvio!! No gano nada si la selección gana. Muy por el contrario, como vivo en un piso 17, escucho todos los bocinazos y los gritos de los animalitos que salen en manada a celebrar y/o a hacer vandalismo a las calles.
 

Si lo escogí como tema para este posteo es porque es fuerte el asunto. Me ha pasado más de una vez... y sigo sin saber qué reponder a esa pregunta. Una persona como esa no entiende el sarcasmo, no entiende la ironía, tampoco puedo llegar y darle un golpe o insultarlo por la estupidez que dijo, pues son como niños chicos... Como niños que no han procesado mucho la información antes de hablar.


Y en cualquier caso ¿Vale la pena discutir con esa minoría no pensante perteneciente a esa mayoría fanática del fútbol?

Está claro que No. No vale la pena. No van a entender.

Bueno, cuando yo era chico me costaba más entender y llevar esta situación. Hoy sólo lo tomo con humor negro y me río.

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jueves, 7 de julio de 2011

Educación y Desarrollo

Tuve hace poco tiempo la suerte de visitar los Estados Unidos, ver cómo es la gente y cómo funcionan las cosas allá. Me di varias vueltas mirando a diestra y siniestra, grabando en mi mente los lugares, las personas, las conductas, las maneras, las tecnologías, los productos, la comida, la ropa. Para luego comparar con mi país.

La pregunta del millón y tema central de hoy es: ¿Las cosas que funcionan bien allá, por qué no están acá?

Ya sea por turismo, por trabajo o por comercio, este viaje siempre es interesante, pues las diferencias culturales se te vienen a la mente en cada momento, en cada cosa que haces, en cada interacción con máquinas o con la gente.

Las autopistas tienen muchas pistas y una señalización minuciosamente correcta y oportuna. Los buses de traslado llegan a los paraderos o terminales en los horarios indicados en algún letrero. Hay elementos de publicidad y materiales como luces, letreros gigantes, pantallas extra grandes,  papeles resistentes al agua y muchas cosas que da la sensación de que el volumen de consumo hace que sean baratísimos.

Por supuesto no me metí en los barrios peligrosos (que sí los hay), pero pasé por lugares que no tenían nada que ver con el barrio alto y estaban inmaculadamente limpios. Tecnología bien aplicada y en lugares en los que, si hubiera sido Chile, se la hubieran robado.

Sin dar más vueltas en el centenar de cosas diferentes que quisiera mencionar, uno puede entender que en los años 70s, incluso 80s, cuando el desarrollo del transporte y las telecomunicaciones era aún bajo, las diferencias entre países fueran significativas. Pero hoy, cuando mucha gente habla más de un idioma, cuando Internet te permite saber casi cualquier cosa, cuando los pasajes y el transporte de carga aéreos son cada vez más baratos ¿Qué pasa con las diferencias que persisten entre un país desarrollado y el nuestro?
 

¿Por qué? Y después, nuevamente ¿Por qué?

Por supuesto, la respuesta al primer porqué es lógica y evidente: la gente. Nosotros, como sociedad, no estamos preparados para cuidar las cosas que nos rodean, y tenemos la tendencia a sacar provecho de corto plazo de las cosas o simplemente aprovecharnos.

Pero creo que las segundas derivadas de este análisis son las interesantes. ¿Por qué tanta diferencia entre estas sociedades? Educación, conciencia de sociedad, sentimiento de pertenencia a un sistema superior, respeto por lo ajeno.
No podemos pedir toda la sociedad madure de inmediato, pero he visto que un camino eficiente en muchos países ha sido la legislación, y dentro de la legislación, ...las multas. Les voy a dar un ejemplo. Iba por una autopista de 4 pistas normales más 2 rápidas. Esas dos pistas rápidas estaban separadas de las demás por unos postes delgados de plástico. Antes de que aparecieran esas dos pistas había unos letreros que decían que el costo de esas pistas rápidas era de $0,25 dólares, PERO que para entrar ahí uno debía tener la antena de cobro (TAG) habilitada y si es que alguien entraba ahí sin dicha antena, la multa era de $200 dólares. Para que no tengan que hacer el cálculo les cuento: equivale a pasar 3.200 veces por ahí.

Se te quitan todas las ganas de aprovecharte del sistema.

No puedo dar más vueltas con este posteo así que para concluir: Buenos legisladores, multas que desincentiven los malos comportamientos, educación, consciencia de pertenencia a una sociedad, consciencia de pertenencia a un sistema más grande y finalmente mucho respeto por la propiedad pública y por la ajena.
Nuestra generación ya perdió. Mucha de nuestra gente no cambiará, especialmente nuestros queridos políticos chilenos. Pero tengo fe en que nuestros hijos o al menos nuestros nietos vivan en un Chile mejor.