Para Saber y Contar
En mi historia de lector el libro que más me ha impactado es uno que recibí en uno de mis primeros cumpleaños, cuando recién estaba tomando el ritmo de este maravilloso baile de letras. Se llamaba "Cuentos de las mil y una noches", perteneciente a la colección de sólo dos tomos "Para Saber y Contar". Esta adaptación de cuentos de las mil y una noches fue escrita por el Sr. Hugo Montes y tenía unas ilustraciones maravillosas del Sr. Vittorio di Girolamo. Editado en el año 1968.
Por mi ascendencia árabe y curiosidad por esta cultura, entré de inmediato en sintonía con el libro. Lo leía, miraba sus dibujos, pedía que me lo leyeran, una y mil veces.
Perdí el libro. Seguro quedó en la casa de algún familiar. Suena raro plantearlo así: "No lo extravié, sino que quedó en algún lugar que no recuerdo. Existe. Ya parecerá". Por supuesto que no era mi prioridad: yo era un niño, quería jugar, no vivir en una biblioteca. Pero nunca lo olvidé y ha sido siempre una de las principales inspiraciones al momento de redactar.
Un poco después de crear este blog comenzó mi ansiedad por el libro. Necesitaba leerlo, necesitaba recordar los cuentos que ahí había: el caballo volador, historia del dormido despierto, Farizada la de la sonrisa de rosa... Lo busqué en internet y encontré una niña que también fue influenciada por este texto cuando pequeña. Tuvo un blog un tiempo y me tomé el tiempo de leer sus posteos. Narró explícitamente su amor por la lectura, la escritura y por el libro en particular. Tanto así que estudió literatura y ahora trabaja en la Biblioteca Nacional.
¡Claro, buena idea! Busqué ahí y resulta que en la Biblioteca Nacional hay dos ejemplares de este libro. ¿Y yo? Sin ni uno solo. Me arranqué una tarde y ahí estaba. ¡Qué emoción! Lo pedí, lo tuve en mis manos. Sus dibujos, sus letras de imprenta antigua, sus colores, la textura de las hojas viejas, su olor, olor a libro de verdad. Pero no. ¡Alto! No era para mí, tenía que devolverlo...
Le tomé un par de fotografías para nunca olvidarlo, y me fui. Contento y a la vez amargado.
Bueno. Seguí leyendo y escribiendo, y cuestionándome si soy merecedor de llevar en mi blog el título "Para Saber y Contar". Aunque en el fondo pensaba que no, sabía que no, igual moría por titularlo así.
Terminé de convencerme hace poco, una tarde en que llegué del trabajo, con ganas de sólo cenar y dormir. El conserje del edificio me entrega las cartas y me pide que lo espere porque había llegado un paquete.
Era otro de los cachureos que mi señora encarga por internet. Si no es Groupon, es Amazon. Si no es Amazon, es eBay. Claro que no puedo quejarme: no se excede y son cosas baratas, al menos más baratas que comprándolas presencialmente aquí. Cuando le entregué el paquete lo miró con duda y sin entender, pero al ver el origen del envío sonrió con cara de malula y me lo devolvió.
"Esto es tuyo", me dijo.
Esa misma noche devoré con un hambre indescriptible los cuentos de "Farizada, la de la sonrisa de rosa" y "El príncipe y la tortuga".
La noche siguiente descubría que el vocabulario de Hugo Montes era demasiado amplio y complejo como para un niño de casi 4 años, por lo que me veía obligado a explicar algunas cosas o usar sinónimos simples mientras le leía en voz alta a Daniel.
Hoy sigo pensando que "Para Saber y Contar" es demasiado honor para mi blog, pero como verán no me importa. Espero no insultar a los creadores de esa colección portando su título y leyéndolo cada vez que necesito inspirarme para escribir. Hay tantas cosas detrás de esas 4 palabras.
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Siempre he dicho que este libro me inició como la ávida lectora que soy. Me lo regalaron cuando cumplí seis años y me maravilló de una manera indescriptible. Años después, cayó en las manos de mi hermano menor, que lo destruyó. Desde entonces lo he buscado, sin éxito. Me alegro de que lo tengas, es un tesoro.
ResponderEliminarHola, Renata.
EliminarParece que compartimos el mismo sentimiento, por el mismo libro. Ahora lamento no haberlo cuidado más cuando era niño. A esas edades uno tiene otras prioridades.
Tuve mucha suerte porque mi señora es maravillosa para encontrar cosas en internet. Alguien lo vendía en una librería vieja que subió libros viejos a internet. Pero antes de eso, lo busqué en todo San Diego y en todas las librerías por internet de Santiago. En San Diego había una librería en que el dueño tenía un libro lleno de ilustraciones de Vittorio Di Girolamo.
¿Sabes? Puedes ir a la Biblioteca Nacional. Tienen dos copias allá. No sé si se pueda fotocopiar, pero en último caso son sólo 50-y-tantas páginas: vale la pena "fotocopiarlas" con la cámara del celular.
A mí me encanta el libro también lo tuve de pequeña y no se que pasó, mi mamá en sus arranques de limpieza de libros lo regaló o botó..hace varios años le consulté y ya no lo tenía..lo seguiré buscando hasta que lo encuentré .
ResponderEliminarLeí tantas veces este libro y como tú me fascinaba con sus ilustraciones e historias de Medio Oriente. Han pasado más de 40.años y sentí algo cálido al ver la portada y parte de las ilustraciones. Gracias por publicar tu experiencia.
ResponderEliminarEstimado Mauricio,
ResponderEliminarMe conmueve haber encontrado tu artículo en este blog, y agradecido por tus palabras para Hugo y para mi.
Coincide que en estos últimos días, he estado buscando el único ejemplar que tenía de Para Saber y Contar en mi gran archivo con el fin de proponer una segunda edición.
No obstante te puedo contar que estoy escribiendo y dibujando una serie de historias
nuevas que espero publicar este año.
Te mando un abrazo
Vittorio di Girolamo
Vittorio@digirolamo.com
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ResponderEliminarHola, soy un busquilla y encontré dos "Para saber y Contar" uno me lo deje para mi como el gran tesoro que es y el otro lo acabo de subir a Yapo, se encuentra en buen estado, salvo el lomo al que le puse cinta scotch para evitar que siguiera deteriorándose, fuera de ello esta impecable. Saludos
ResponderEliminarTuve ese libro de niño, es un libro inolvidable. De esa época tengo varios libros, pero éste, ya no lo tengo...¿Quién se lo llevó? No lo sé, todos los años busco en Mercado Libre y en Yapo, por si alguien lo ofrece. Es un libro hermoso, debiera reeditarse, igual, en edición facsimilar y con sus tapas gruesas...iré a verlo a la Biblioteca Nacional en cuanto pueda, lo sigo buscando...gracias por hacerme saber que muchos lo recuerdan con nostalgia.
ResponderEliminarEl mío se extravió en la casa de mis abuelos, pero mi ex-esposa hace unos años lo buscó y lo encontró en una librería de U.S.A. Está desteñido y tiene la tapa un poco dañada, pero sigo leyéndolo.
EliminarTe cuento que hay dos copias en la Biblioteca Nacional.