Polo Norte, 5 de Diciembre de 2013
Querido Daniel:
Recibí información acerca de tu
pedido de regalo de navidad. Me alegra mucho que me hayas escrito una carta,
puesto que según me comentaron mis duendes, tú te has portado bien este año.
Sin embargo, lamento informarte
que hubo un problema en una de las fábricas de juguetes electrónicos de la cual sale el juguete que pediste. Como sabrás,
tenemos que preocuparnos de que los regalos sean de buena calidad, así que
envié tres de mis duendes a supervisar la producción de juguetes en esa
fábrica, que es de un proveedor externo.
Entonces estaban ahí mis duendes
mirando y tomando nota, cuando de repente uno se resbaló porque estaba el piso
mojado. Al perder el equilibrio se agarró del abrigo del duende que tenía a su
lado y se cayeron los dos encima de los tarros de pintura, que estaban
destapados.
Mancharon todo el piso y las
mesas de trabajo. También mancharon al tercer duende que quedó de todos colores
y se enojó tanto que fue a retarlos. Pero estaba tan enojado que no se dio
cuenta de dónde pisaba, se resbaló con la pintura del suelo y se cayó encima de
los otros dos. Salieron los tres rodando por todo el suelo de la fábrica llenos
de pintura y de tarros, pasaron a llevar las cajas con juguetes y las cajas
con baterías. Una de estas cajas cayó en el horno donde calientan las placas y
apretó el botón de “Encendido al Máximo” y no te imaginas, Daniel, lo que pasó.
El horno se empezó a calentar y explotó. Volaron juguetes y chispas por todas
partes. A un duende se le quemó el gorro, otro salió arrancando porque se le incendiaba
la cola del abrigo. El otro duende no se quemó porque había quedado metido de
cabeza dentro de un tarro de pintura. Y al dueño de la fábrica se le quemó el
bigote.
En fin, se demorarán un poco en
arreglar la fábrica y mis tres duendes inspectores de fábricas están en el
hospital hasta la próxima semana. Así que no tendremos de ese regalo por ahora.
Tal vez para la siguiente navidad.
De todos modos, te cuento que
tenemos muchos otros regalos a tu disposición. Puedes buscar por internet con
tus papás y pídeles que me escriban para decirme cuál prefieres. Yo, desde el
polo norte, me encargaré de hacer el pedido al fabricante correspondiente y te lo paso a dejar
en mi trineo durante le noche de Navidad.
Lamento cualquier inconveniente
que este cambio pueda causarte y espero que sigamos manteniendo buenas
relaciones.
Que estés muy bien. Sigue siendo
un buen niño.
Atte,
Santa Claus
-----------------------------------
.